Cuando la parte de mí que cree Ser escudriña en lo más profundo de sí, descubre que no es lo que cree, que ni siquiera cree en lo que es. Y entonces encuentra el Yo Soy.
Y cuando Soy miro hacia arriba, desde la profundidad de mi no ser, y descubro un maravilloso cielo lleno de Amor y de Conciencia. Y, desde ese momento, Comprendo y siento al alcance de mi mano la eternidad de un segundo, lo pasajero de una vida, la pequeñez de las estrellas...
Y cuanto más pequeño me siento más me acerco al Origen, al centro de lo que Soy desde la noche de mis días. Es entonces que le digo al no ser de mi conciencia:
En cada momento de tu vida, según la necesidad del momento, dite a ti mismo desde la periferia a lo más profundo de ti:
Yo soy el centro de gravedad de la vida.
Yo soy todo lo que me contiene, y lo contenido.
Yo soy el Todo, y cada una de las partes.
Yo soy el camino sin camino.
Yo soy lo inmutable, y lo eterno.
Yo soy el canto del pájaro, y el susurro del viento.
Yo soy el llanto, y la alegría.
Desde lo grande a lo pequeño estoy Siendo.
Desde lo grande a lo pequeño Yo Soy.
¡¡¡Que Bonitoooo!!! Como siempre, llegando a la esencia...
ResponderEliminarBesitos
Elena
quizas yo soy ese ser cuando miro hacia el mar.
ResponderEliminarcuando camino sir rumbo pero segura.
no es solo algo bonito,para mi es el canto del alma..susurrante en nuestros oidos.
sigue deleitandonos con estas publicaciones.
Muchas gracias, Elena. Como siempre tú miras con buenos ojos, y lees, lo que yo escribo. Un beso también para tí.
ResponderEliminarY para la anónima amiga: escribir no tiene sentido sin unos ojos ajenos a los propios. Así que gracias por estar ahí..., seas quien seas.