Sentada sobre su roca la hermana águila oteaba el horizonte.
Su profunda mirada era capaz de discriminar el más mínimo movimiento entre la hierba. Aun estando en la altura de su pétrea atalaya toda brizna le era conocida, y toda vida que suspirara a ras del suelo quedaba a su alcance. Pero solo era capaz de escuchar y sentir los lamentos del viento y las historias que contaba..., solo era capaz de interpretar el trino del jilguero cuando levantaba el vuelo. Entonces sí, al desplegar sus alas y aletear sobre el mundo todo canto y todo lamento, toda voz o todo silencio, llegaban a sus oídos como las palabras claras y cristalinas de la Vida. Entonces, y solo entonces, el lenguaje de la vida aparecía claro ante ella, y era capaz de comprender los pasos que el tiempo da en nuestra búsqueda, y el sentido de la hoja que cae, o el dulce y afinado canto de la azucena.
La hermana águila custodiaba las más altas cumbres, el lugar desde el que la visión del mundo es más clara. Pero no siempre fue así.
Hubo un tiempo en el que caminaba como hombre. Un tiempo en el que, como hombre, se alimentaba de sus propios errores, y confundía la atronadora voracidad del pensamiento con “la clara voz”, el susurro del ser más íntimo que tiene la virtud de enseñarte el camino para que no te pierdas entre las piedras. Y entre las piedras se perdía porque sus pasos eran guiados por vagos pensamientos que solo buscaban perdurar.
Para él el cielo era un sueño. Y las estrellas un sueño dentro de un sueño.
Ahora sabe que como hombre aprendió a ser águila. Que como águila aprenderá a ser ángel.
Y aún hoy, cuando se mira en el mágico espejo de la laguna, la del agua de vida que pone el cielo a sus pies, sabe que lo que ve de sí no es mas que una parte de sí, justo la que tiene que dejar atrás.
Cuando era hombre quiso ser águila. Ahora que es águila quiere ser ángel.
Sus alas son alas de luz que se alimentan con el brillo del Sol, donde sueña anidar en compañía de la mágica presencia que inspira sus vuelos.
Es un hombre con alma de águila. Es un águila con corazón de ángel.
Dentro de los seres que habitan el mundo, me identifico con el águila o el cóndor...
ResponderEliminarTú, como siempre, has reflejado la esencia del ser.
Un abrazo.
Miguel Angel Pertierra
De la cabeza al corazón... Sentir el verdadero SER es la vida verdadera! Gracias Miguel por compartir palabras tan sabías.
ResponderEliminarAlmerinda
Muchas gracias Miguel Ángel!!!!
ResponderEliminarQuisiera ser aguila y ángel..uf que patuda jejejejeje.
No pero en serio siento que quisiera ir para ese lado ambos roles...............
María Elena
MIGUEL COMO SE LLAMA ESE LUGAR DE LA MONTAÑA EN LAS ALTURAS HAY FORMA DE TIGRE DEMASIADO ESPECTACULAR ESTA PUBLICACIÓN DE LA (IMAGEN-ESCRITA)...
ResponderEliminarMarbella, ese lugar de encuentra en Bobastro, término municipal de Ardales, en la provincia de Málaga.
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