Sueño con volar. Y cuando sueño vuelo. Y, cuando vuelo, Soy verdaderamente en una fracción de mí mismo que se reconoce libre y perdurable, más allá del tiempo que le ha sido asignado sobre este mundo.
Cuando vuelo me reconozco, y Miguel Ángel, aquél que no Es, desaparece. Estalla una luz en mi corazón que me inunda y enaltece. Pero “el yo de Mí que cree Ser”, desaparece. Es mi Conciencia de Ser que se desata y libera.
Cuando vuelo, cuando despliego las alas del espíritu, reconozco el fin de toda oscuridad y el poder de la Luz sobre las sombras. Y al gran mal que supone para el hombre no entender el canto de los pájaros, ni el susurro de las estrellas, ni oír la voz del prójimo sentado en su propia mesa. Y creerse adulto en un mundo creado para albergar espíritus jóvenes que quisieron controlar el tiempo.
¡¡¡ Chapó Miguel Angel!!!
ResponderEliminarEl Hombre víve en una carcel mental.
La mayoría no lo saben.
Otros sí lo saben, pero no como escapar.
Los pocos que lograron evadirse, aman a su Ser, a la Vida y a la madre Tierra.
Fernando Ortiz
Ese Vuelo siempre ha formado parte de nuestro Aprendizaje, pero raramente somos conscientes de ello, tan solo unos pocos. Todos de alguna manera somos gaviotas como Juan Salvador, pero las alas aún están debilitadas y no han logrado aún el desarrollo necesario para batirse libremente, ¡estamos tan rodeados de densidad !que las alas no pueden iniciar aún el vuelo.
ResponderEliminarPero ya algunas almas van tomando conciencia de su propa naturaleza y lo que es para ellas un sueño quizás ya sea su propia Realidad.
Gracias Miguel Ángel gaviota, tu vuelo emana del Amor y Luz que hay dentro de Tí.
Seguimos en el camino...
La distancia, Fernando, entre "lo que creemos ser" y "lo que Somos" tan solo podemos recorrerla nosotros mismos. Solo nuestros pasos alumbrarán nuestro camino. Solo nuestro propio aleteo hará que remontemos el vuelo y reconozcamos nuestra auténtica naturaleza.
ResponderEliminarSe nos dieron pies para caminar sobre este mundo y alas para sobrevolarlo y trascenderlo.
Gracias por tus palabras.
Gracias una vez más, Carmen, por tus cálidas palabras.
ResponderEliminarLe decía a Fernando que se nos dieron pies para caminar sobre este mundo y alas para sobrevolarlo y trascenderlo.
Caminar sobre este mundo es vivirlo, asumirlo, transitar por él y aceptarlo con todas sus consecuencias. Sobrevolarlo y trascenderlo es entenderlo, "verlo" en su mínima y máxima expresión,vivirlo con todas sus consecuencias pero comprenderlo en todas sus expresiones, sentirlo como una experiencia trascendente.
Somos aprendices de humano que, al tomar conciencia de que tienen alas, intentan volar.