Yo soy el más largo viaje jamás emprendido.
Yo soy el punto de partida,
el destino,
la barca arrastrada por la corriente,
la misma corriente,
y el río.
Soy el curso sin meandros,
el cauce sin remolinos.
Soy el eterno viaje sin retorno,
el torrente de la vida.
Quiero que te atrevas a navegarme desde el nacimiento a la mar,
desde la mar a las nubes.
Quiero dejarme llover sobre ti
y refrescar tu conciencia,
para que aquél que ha de despertar desperece
y abra sus ojos.
Déjame brotar en ti cual manantial de agua cristalina,
pues soy la fuente de las maravillas,
el agua milagrosa que apaga la sed del espíritu.
Yo soy la poza sin fondo,
el fondo sin agua,
el no ser del ser,
y el ser del no ser,
la conciencia de las partes
y de cada parte el todo.
Soy lo que soy,
soy el Yo Soy.
¡Qué maravillosas palabras describen la Realidad superior del Yo!. Gracias una vez más por esa virtud que te eleva hacia el más puro sentimiento de amor y sensibilidad. Es el camino quízás más importante de recorrer ya que al fín y al cabo la conciencia duerme para ser algún día despierta y cómo dicen "la vuelta a casa" ya que de la luz vinimos y a ella lentamente nos dirigimos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana y seguimos en al camino.
De la Luz venimos y a ella regresamos. Gracias, Carmen, por compartir conmigo algunos pasos de tu viaje de vuelta. Gracias por encontrarte en el camino.
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