Oh,
ser de la suprema Luz.
Oh, ser del resplandeciente oro.
Déjame
ser Tú en mí, conscientemente.
Inúndame
con tu infinita sabiduría.
Conciénciame
de la verdad que Es,
y
apártame del ilusorio camino de lo que
parece Ser.
Estimula
mi esencia.
Despierta
la sagrada semilla de Luz que palpita en mi corazón.
Oh,
ser de la luz que no se ve mátame en la muerte que vivifica,
aquella
que difumina mi nombre y despierta mi ser interno.
Déjame
conocer para ser más Tú, para ayudar a despertar y a ser libres.
Oh,
gran ser de la luz que Es y que todo lo impregna,
gran
ser de la primera energía y del primer suspiro,
poseedor
del infinito poder de los cuatro elementos.
Déjame
ser Tú en mí, conscientemente. Y así, viviendo, estar más allá de la muerte. Y
así, muriendo, estar más allá de la vida.
Ciertamente hermano...QUE NO SE VE..pero que esta hay..siempre desde que suena el primer latido de nuestro corazón.
ResponderEliminar(mátame en la muerte que vivifica,
aquella que difumina mi nombre y despierta mi ser interno.)
nos hace renacer una y otra vez.Incluso cuando ya no creemos que pueda..EL. todo lo puede querido hermano..
Dulce Beso
De lo que creemos ser a lo que Somos se hace el viaje de la vida, y el permamente y contínuo nacer-morir de cada minuto, de cada instante, lo que renueva el camino que andamos. Gracias por tu reflexión.
EliminarMiguel Ángel
ResponderEliminarMISMA PLEGARIA... MISMO ANHELO... MISMA NECESIDAD
Florence
...y un mismo corazón, Florence. Gracias.
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