Te equivocas si
quieres encontrarme aquí.
No me llames con mi
nombre si buscas mi presencia...
Yo no tengo nombre.
Yo no tengo cuerpo.
No me preguntes por
el sentido de mi vida.
Mi vida no tiene
mas sentido que Vivir.
Porque no tengo
vida, sino continuo morir y renacer.
Porque mi vida es
muerte y mi muerte es vida.
Yo no estoy muerto...,
porque vivo en todo.
Yo no estoy vivo...,
porque muero en todo.
No me busques en mi
casa.
Yo no tengo casa,
sino mundo.
Yo no tengo techo,
sino estrellas.
Para encontrarme no
preguntes a mis amigos,
pues no tengo
amigos sino hermanos.
Y no preguntes a mi
familia, no tengo mas familia que la humanidad.
Para encontrarme,
haz como el yo de mí que cree ser: se busca y se encuentra.
Qué preciosidad, qué profundidad. Tú has entendido!!
ResponderEliminarNos encontramos en el camino. Un abrazo en el ser.
Luhema
En el camino nos encontraremos, Luhema. Gracias por esas palabras consideradas que sueles dedicarme, y por ese abrazo en el ser (que recojo con los ojos cerrados y viéndote). Hasta pronto.
EliminarPoco a poco vamos quitando los túpidos velos impuestos a nuestro ser en la noche de los tiempos. Lo mejor es que esta busqueda ya no hay quien la detenga. Un abrazo Miguel Angel.
ResponderEliminarFernando Ortiz
Esa búsqueda, Fernando, como bien dices, no se detendrá..., descorramos los velos, y que la luz penetre. Un abrazo.
EliminarGracias Miguel Angel. Gracias desde la búsqueda, gracias desde los encuentros, que ya son cotidianos y gracias en la esperanza de que cada día la luz se vaya abriendo paso desde dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rosa
Las gracias son para ti, Rosa. Te deseo lo mejor y que la Luz acompase tus pasos. Nos seguiremos viendo en el camino.
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