Al
cabo del día o en la mañana, en el momento más seglar o en el más comprometido,
solemne, divino.... la risa, la risa es la expresión más correcta y más precisa
del sentido del humor.
Reírse
es desbordarse, dejar a un lado por un segundo, o por una decena de ellos, la
pena contenida, el sollozo, el temor, el dolor..., incluso eso que llaman
aburrimiento y que nunca he visto.
Reír
es renacer en un momento, crecer en la dirección de unos labios que muestran
amaneceres blancos que brillan como soles diminutos sobre la mar.
Voy
a decirlo de manera tan sencilla que decirlo me cuesta de forma escrita, pero
es que muchas veces si no me río reviento y prefiero reír que estallar en mil
pedazos, romperme como la ola contra la roca.
En
cierto sentido el sentido del humor es el sentido del amor... y cuando en el amor estamos cuando menos nos
reímos, no lloramos... Y de lo primero que me río es de mí mismo, de los
recovecos que la vida ha puesto en mi camino para que me busque a mí mismo y
buscándome me pierda y perdiéndome me encuentre. Y en el encuentro me pregunte
quién soy finalmente, al cabo del camino que camino sin andar como un águila
que vuela sin volar, caminando sobre este mundo como los hombres caminan...:
erguidos pero heridos.
La
risa, ¡ay la risa...!. Quién fuera tu y de ti se vistiera en los amaneceres
rotos, en los atardeceres en que el viento viste de sangre las nubes.
Quién
fuera la risa y la brisa de la risa, la desternillante mirada del placer puro
por soltar a los cuatro vientos tanta tensión avivada dentro, como piedras que
pisas descalzo y de tanto dolor enmudece tu llanto y por fin explotas con la
risa, aunque sea risa para llorar de risa.
La
risa no solo es sana sino necesaria, reírse a carcajadas y proclamar en cuatro
intentos que, a pesar de todo, me río de todo y hasta del tiempo. Y en un
segundo recupero el aliento y lo visto de alegría. Y en un segundo me río del
segundo y vuelo.
No hay reloj que atesore las horas, ni horas que no
contengan momentos felices, ni instantes que sin perdices terminen un cuento
que no produzca risa.
Totalmente de acuerdo. El humor es uno de los mejores trasmutadores que existen. Quizá sea un poco exagerada, pero no veo posible la inteligencia sin humor, puesto que este es una de las herramientas más importantes de aquella.
ResponderEliminarYo no me fío de la gente excesivamente sería y como decía el poema: no me quites tu risa.
María
El sentido del humor es fundamental, sano y curativo, te sitúa en un lugar diferente, cambia tu punto de enfoque y aproxima lo lejano y trascendente de tal manera que se convierte en asequible y lo acaricias con tu risa. Una vez más, gracias María.
EliminarMiguel Ángel, tu escrito es un poema donde uno se disuelve en total armonía.... maravilloso...
ResponderEliminarFlo
Muchas gracias, Flo, por tu atenta mirada.
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