Cuando
sigo el camino desde el río a la montaña. Cuando hago el sendero que transcurre
por el claro del bosque y me lleva a la orilla de un mar de trigo. Cuando hago
el camino que va desde el primer suspiro de la mañana hasta el último aliento
del día, para dejarme dormir y soñar. Cuando hago estos senderos, en los que
vivo y me vivo, en los que siento y me siento... ¿Dejo escapar, cual
otoño, las hojas secas de las horas, y los besos del tiempo que me hacen creer
finito y limitado o acaso los atesoro, y atrapo momentos fugaces, adormeceres
dorados que sólo son eso?. ¿Cómo camino mi tiempo, el que se me ha dado?.
¿Acaso con un ojo abierto y el otro cerrado?.
Cuando
camino sin andar los caminos que la vida pone bajo mis pies. Cuando camino sin oír la voces que susurran
cantos de aprendices del momento consciente, ¿qué sendero estoy siguiendo y qué
sentido tiene el camino de piedras que adorno con dolor mudo que transpira
clamor de corazones rotos?.
¿Dónde
está el tiempo que nunca tuve y sin tenerlo perdí?. ¿Dónde el clamor de la
ternura, el de la caricia sin precio de una palabra suave y dulce, como dedos
que acarician el alma con “te quieros” que no tienen tiempo, ni color, ni
nombre...?, solo cielos que brillan en miradas adornadas con amor. ¿Dónde vive
el color de la vida y el azúcar de un beso de ojos cerrados que abren el alma y
la acarician por dentro, porque de dentro surgió el beso y de dentro surgió un
amanecer que no se acaba?.
¿Dónde
estás amada mía, vida mía, que lates en mi latido y sientes en mi sentido, y
por querer alumbrarme me vives como Luz coloreada con destellos de flores y
aromas que vencen la distancia, y desde la distancia pronuncian mi nombre
verdadero para hacerme despertar en lo que soy?.
¿Dónde
estás vida de mi, que tan larga vida espero que muero porque no muero
y sin morir, vivo y me vivo en ti..?. Esperando en la locura que tan llena de
cordura me sostiene... Y al vivir, así me siento que, al morir, creo volar y
llegar al fin. Como un ave de alas blancas que al volar mi nombre canta y al
cantarlo sin morir renace porque, de mi, solo espera una quimera tan real como
vivir.
Y
en su muerte y su partida renace, porque en su vida y lo que significa vivir,
no espera más recompensa que unas alas más abiertas y un cielo al que partir.
Ya que en mi vida y sus momentos no he de temer al lamento, solo al sueño, al
dormir.
Y
al dormir yo tan despierto me alegro de no estar muerto. Y de muerto, al
revivir, encontrar en ese tiempo la verdad de lo que siento: que si la
vida es sueño, despertemos que es vivir.
A Teresa y Calderón
Ah, pero me encanta este sueño que camino hacia la luz…porque a veces para ser más luz o vivirla mejor se enreda uno en la niebla del sueño perdido e inspirado, para saborearlo.
ResponderEliminarCuando se cierran las cosas elevo mis ojos y digo: ¡toma!, ¿Quieres vivirte en mi? Y entonces ya somos dos, El y yo, viviendo lo mismo y compartiendo experiencias. Ese, al parecer era su deseo, pero sigo jugando y le cuento aquello de que no es justo que Él viva en dos mundos, consciente y yo solo en uno para recreo de Él y me cuenta la vieja fábula de mi pérdida por bosques y valles con senderos de retorno.
No es cierto- le recrimino-. Tú quisiste que me perdiera para vivir ese estado. ¿Acaso hay algo fuera de Ti, ni siquiera mi perdición?
…y aletea la voz pausada de la calma y del amor, como la matriz antes del nacimiento.
y al dejar aquí esta nota, ha aparecido la fecha y edito para agradecer que tal día como hoy, curiosamente, nací a otra luz.
Muchas gracias... Pues que la Luz se haga nuevamente para ti.
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