Para
cambiar el mundo sólo hacen falta dos cosas: el mundo y tú mismo.
A
ti ya te tienes y al mundo…, al mundo lo caminas día a día y en él forjas tus
pasos y el espíritu que los anima.
Al
mundo lo contemplas en hermanos y hermanas que tejen su historia vestida de
vicisitudes, de búsquedas y respuestas, de alegrías y lágrimas al sol de la
noche, de risas y carcajadas porque a la vida y en la vida estas son
imprescindibles.
En
la oscuridad el mundo se pierde de si mismo y en la luz se reencuentra.
Para
cambiar el mundo sólo hace falta que lo cambies en ti, pues tu eres parte de
cada uno de sus pasos. Y entre todos gestamos y vivimos su historia, en nuestra
propia luz y oscuridad. Porque la luz del mundo es nuestra propia luz y su
oscuridad no es mas que la sombra que nos cubre.
No
quieras cambiar al mundo en otro pues, aunque ese otro también eres tú, sólo
podrás cambiarte en tu propia singularidad, solo tú podrás hacer tu camino. Y
sólo él podrá cambiarse a sí mismo.
No
pretendas cambiarme, no pretendas hacerme mejor, sencillamente deja que la luz
fluya libremente a través tuyo,
resplandece y deja que yo te vea resplandecer.
¿Acaso
piensas que podemos cambiar lo de fuera cuando lo de dentro no ha cambiado?.
¿Acaso crees que dormidos podemos despertar al mundo?. ¿Acaso piensas que el
mundo es algo diferente de ti mismo?.
Antes
o después surgirá un nuevo modelo social. El paradigma de lo que es o debe ser
una sociedad libre, civilizada, de lo que es el progreso…., cambiará. Y lo
nuevo sustituirá a lo viejo. Se acuñarán en el mundo nuevos valores, valores
fundamentados en la antítesis de un progreso irreal que nos han hecho creer consecuente y válido, además de exclusivo. Pero tú y yo sabemos que el cambio
va por otro lado: Cámbiate a ti mismo para cambiar al mundo.
El
mundo no puede estar permanentemente resarciéndose de entre sus propias
cenizas, levantando naciones sobre fuego y escombros, sobre dolor y calcañar de
dientes. La única revolución posible es la revolución de la conciencia. Y esa
sólo puedes hacerla tú mismo y en ti mismo. Yo puedo alumbrarte el camino,
respirar tu mismo aire, contarte cómo respiro y sueño, cómo camino y amo… pero
no puedo dar tus pasos, ni abrir tus ojos cada mañana aunque en mí los abra, no
puedo henchir tus pulmones por los míos, ni volar por ti sobre la espesura del
bosque. Solo tú puedes hacer lo que solo tú tienes que hacer: Mira al mundo,
siéntelo en ti, ámalo y cámbialo en ti pues, además, en tu particularidad eres
su totalidad y en tu individualidad eres el primer y último escalón del cambio.
"Cámbiate a ti mismo para cambiar el mundo..."
ResponderEliminarFlorence
Así es...
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