Imposible describir, que describo, momentos vividos en la inmensidad más inmediata y en la más interna. Interna por precisa y diluida, donde la mente parece que desaparece porque intensa dilata tiempos en momentos sin tiempo. Imágenes y fragancias, voces y crepúsculos del alma, vuelos a ras del suelo. Y en instantes cobijados por incógnitas inicialmente indescifrables.
Imposible por decir algo. Porque palabra es sin sentido que sentido adopta a la luz del ego, que despertar piensa porque dormir quiere. Y que siente que asienta concreciones vanas, como verdades que atontan como alondras que graznar quieren pensando en canciones, no en devociones, que aligeran peso y alas despliegan.
Imposible como cierto lamento que indicar indica que el tiempo, sustrato del mundo que caminar quiere midiendo pasos y contando besos, es una cárcel de extraña luz que agosta el rostro y recoge vanidades arrastradas por ríos caudalosos, ríos reos del amanecer y el ocaso.
Imposible, palabra desterrada de mi vocabulario. Imposible no es posible.
Imposible por decir algo. Porque palabra es sin sentido que sentido adopta a la luz del ego, que despertar piensa porque dormir quiere. Y que siente que asienta concreciones vanas, como verdades que atontan como alondras que graznar quieren pensando en canciones, no en devociones, que aligeran peso y alas despliegan.
Imposible como cierto lamento que indicar indica que el tiempo, sustrato del mundo que caminar quiere midiendo pasos y contando besos, es una cárcel de extraña luz que agosta el rostro y recoge vanidades arrastradas por ríos caudalosos, ríos reos del amanecer y el ocaso.
Imposible, palabra desterrada de mi vocabulario. Imposible no es posible.
Miguel Ángel, uno de tus escritos más sublimes.... Flo
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